Fotocoagulación Láser

La fotocoagulación láser (aplicar láser a la retina) es un tratamiento que potencialmente puede salvar la vista del paciente. Existen varias razones por las cuales se ofrece este tratamiento.

La palabra “láser” es un acrónimo. Es decir, es una palabra formada por las iniciales de una frase en inglés (Light Amplification by Stimulated Emission of Radiarían). El láser se crea al bombardear con pulsos de energía altos diversos materiales en su estado sólido, líquido o gaseoso. Los cuales, al ser estimulados, son excitados y emanan electrones que oscilan en una longitud de onda determinada. A diferencia de otras fuentes de luz, los electrones emanados de una fuente láser son coherentes (están perfectamente alineados uno con otro) y son amplificados y concentrados en un solo punto. Esto provoca que el haz láser tenga una gran cantidad de energía (irradiancia) concentrada en un área muy pequeña.

¿Qué es exactamente?

En el caso del láser, la luz que lo conforma es de un sólo color y con mucha energía. El efecto del láser dependerá de si este es absorbido o reflejado por las estructuras. Si el láser es absorbido de forma eficiente, la energía del haz puede ser transformado en calor y tener diferentes efectos. En el caso de la retina. Los láseres verdes, rojos o amarillos pueden calentar el tejido interno del ojo y crear micro-quemaduras. Si la quemadura ocurre muy rápido el tejido puede vaporizarse de manera instantánea (como en el caso del LASIK, haz click aquí). 

En otras ocasiones el láser puede quemar y desnaturalizar proteínas de los tejidos (romperlas o coagularlas), lo cual con el tiempo genera una cicatriz. El efecto que se busque con el láser dependerá de la enfermedad que se quiera tratar

¿Por qué es necesario aplicarle Láser a la Retina?

La principal razón por la cual se coloca láser en la retina (fotocoagulación) es la Retinopatía diabética. Cuando un paciente no tiene control adecuado de su diabetes (azúcar alta) durante mucho tiempo, o la padece durante muchos años (aun estando controlado), la diabetes va dañando los vasos sanguíneos que aportan oxígeno y nutrientes a la retina. Este daño provoca que poco a poco estos vasos se cierres y se pierdan. Cuando esto sucede, la retina entra en un estado de sufrimiento llamado hipoxia (falta de oxígeno). Para compensar la pérdida de vasos sanguíneos, el tejido hipóxico o isquémico (significa tejido que sufre por la falta de oxígeno), comienza a producir sustancias que tienen como fin activar la producción de “nuevos” vasos sanguíneos.

El problema es que estos “nuevos” vasos sanguíneos no son como los originales. Sino que son defectuosos y tienen a romperse fácilmente provocando sangrados. Además, al generarse estos nuevos vasos sanguíneos también se forma tejido conectivo (de soporte) nuevo. El cual puede terminar jalando la retina y provocar su desprendimiento. En Láser, en la retinopatía diabética, se utiliza de tal manera que la energía aplicada genera “micro-quemaduras” en la retina enferma. De tal forma que se destruya el tejido isquémico (sin oxígeno) y con esto disminuya la producción de las sustancias que activan la producción de nuevos vasos sanguíneos. Es un tratamiento agresivo. Sin embargo, es el único tratamiento que ha demostrado ser capaz de detener el daño causado por la retinopatía diabética y a la larga salvar la visión de muchos pacientes.

¿Qué otros usos tiene?

Otro motivo para aplicar láser en la retina es la prevención de los desprendimientos de retina. En algunas raras ocasiones, la retina sufre pequeños agujeros o desgarros. Cuando estos se detectan a tiempo, el retinólogo puede aplicar laser al borde de estas lesiones para generar una “cicatriz” alrededor de ellos. Esta cicatriz servirá como una “presa” alrededor del desgarro que impedirá que la retina se siga desprendiendo.  Estas no son las únicas razones por las cuales se aplica láser a la retina, pero si de las más comunes. Existen otros motivos como el edema macular diabético, las telangiectasias yuxtafoveales, la coroidoretinopatía serosa centra, etc. En fin, el tratamiento con láser es una herramienta sumamente versátil que puede potencialmente salvar la vista a muchas personas.

¿Cómo se coloca el Láser (fotocoagulación) en la retina?

El tratamiento se realiza en un consultorio médico. No es necesario el internamiento o el uso de instalaciones hospitalarias grandes como quirófano o salas estériles. Por lo que NO cuenta como una “cirugía” como tal. Sin embargo, si se requiere de una máquina de Láser especial para uso oftalmológico (ojos). Estas máquinas por lo general están disponibles en algunos consultorios o clínicas oftalmológicas ambulatorias (de entrada, por salida). En estos casos, el paciente y su médico pactan el día y la hora para la realización del tratamiento y acuden juntos a estos establecimientos. Es muy importante que verifique que el establecimiento cuente con los debidos permisos, avisos de inicio de actividades y permisos de la COFEPRIS para ofrecer estos servicios. Ya que estos aseguran el correcto manejo, mantenimiento y calidad de los equipos que se encuentran en esos lugares.

¿Son equipos especiales?

La máquina para aplicar el láser es muy similar a la máquina que se usa para examinar los ojos durante una consulta general. Esta consiste en una lampara que tiene un repositorio para la cabeza del paciente, un manubrio al cual el paciente se puede sujetar y la consola que sirve para manejar los parámetros del láser. Para el tratamiento es necesario que el paciente se coloque en una posición muy cómoda ya que el tratamiento puede durar entre 10 a 15 minutos por ojo. Antes del tratamiento el médico o su asistente le colocará una gota de anestesia y una gota para dilatarla pupila.

¿Qué se siente durante el tratamiento y después del tratamiento con láser?

Por lo general el tratamiento se coloca sólo con anestesia tópica (en gotas). Esto adormece la superficie del ojo y permite la colocación del lente de láser. Este lente va completamente pegado a la superficie del ojo y le permite al retinólogo observar la retina en su totalidad. Sin embargo, a pesar de las gotas anestésicas, la parte posterior del ojo puede permanecer con algo de sensibilidad; esto ocasiona que los disparos del láser se perciban como pequeños pellizcos o pinchazos. Para evitar esto, el Dr. Raul Velez Montoya, se especializa en aplicar una “técnica sin dolor”. Esto consiste en combinar el uso de parámetros especiales de láser, con una técnica de anestesia más profunda, que minimice al máximo esta sensación y mejorar la experiencia de los pacientes.

La aplicación del tratamiento se realiza con el paciente sentado y colocando su cabeza en la máquina láser. Muy similar a lo que sucede durante una revisión oftalmológica general. El tratamiento se realiza bajo “dilatación pupilar”. Es decir, previo al tratamiento, se colocan gotas especiales para abrir la pupila (bolita negra del ojo). Esto permite ver mejor la retina y facilita el tratamiento. Estas gotas además tienen el efecto de poner borrosa la visión, hace que después del tratamiento moleste la luz y se dificulte leer. Este efecto puede durar algunas horas posterior a la finalización del tratamiento. Durante el tratamiento, el paciente observa una luz de color verde que se prende y se apaga constantemente. La visión durante el tratamiento se pone oscura y se recupera algunos minutos después de finalizado el procedimiento. Por último, durante las horas posteriores al tratamiento, el paciente puede experimentar un ligero dolor de cabeza y una sensación de “pesantez” o sentir el ojo “adolorido” del ojo. Esto es transitorio y por lo general se quita tomando un analgésico como aspirina, ibuprofeno o paracetamol.

¿Cuáles son los principales efectos adversos del tratamiento láser en la Retina?

Como comentamos en los párrafos anteriores, la fotocoagulación es un tratamiento agresivo que, en el caso de la retinopatía diabética, es de último recurso antes de tener una pérdida irreversible de la visión o necesitar cirugía importante. El tratamiento en realidad tiene “muchos” efectos adversos. Sin embargo, los pacientes tienen que considerar en un lado de la balanza tienen estos efectos adversos y en el otro tienen perder completamente la visión (con esto me refiero a quedarse completamente ciego, a oscuras, sin posibilidad de recuperarla). Es por eso por lo que, a pesar de los efectos adversos que este tratamiento pudiera tener, el tratamiento se recomienda ampliamente como el mejor tratamiento de la retinopatía diabética. A continuación, mencionaremos los efectos adversos más comunes que los pacientes pueden experimentar durante o posterior a la aplicación de láser:

  • Dolor: Este es sin duda el efecto adverso más desagradable. A pesar de que se coloca anestesia tópica, esta rara vez logra penetrar en su totalidad a la parte posterior del ojo. Esto hace que el colocar el lente y mantenerlo pegado al ojo sea completamente indolora, pero existe la posibilidad que el paciente sienta los disparos del laser como pequeños piquetes en la parte posterior del ojo. La intensidad dependerá de los parámetros de laser empleados y de la zona de la retina que se esté tratando. Para evitar esto, pídale a su médico que utilice una técnica “sin dolor” o acuda al consultorio del Dr. Raúl Velez Montoya para una segunda opinión. 
     Disminución del capo visual: como explicamos, el laser se basa en la creación de pequeñas micro-quemaduras en el tejido enfermo. Al quemarse este tejido, la función se pierde. Esto puede dar como resultado una disminución periférica del campo visual. La magnitud del defecto dependerá de que tanto láser sea aplicado. El defecto podrá incrementar por cada tratamiento de láser que se aplique. 
    • Disminución de la visión: En algunas ocasiones el laser inflama la parte posterior del ojo, incluyendo una zona muy importante llamada mácula. Esto genera edema (acúmulo de líquido en el tejido o hinchamiento) y la visión se torna borrosa. Por lo general este efecto adverso es transitorio. Si se llega a prolongar será necesario el uso de medicamentos para su tratamiento. 
    • Aumento de la miopía: la misma inflamación puede cambiar la estructura de los tejidos internos del ojo que resulten en un desplazamiento del sistema óptico del ojo. Esto desenfocará las imágenes en la retina y como resultado la miopía aumentará. Por lo general esto es transitorio. 
     Cambios en la percepción de colores: Al quemar la retina con el láser, la capacidad que tiene el ojo de discriminar contrastes (capacidad de diferenciar dos colores similares como diferentes) puede disminuir. Este efecto puede ser transitorio o permanente, dependiendo de la intensidad con la que se coloque el tratamiento o en el número de tratamientos que el paciente sea expuesto.
    • Sangrados intraoculares: Este en realidad NO es un efecto adverso del láser, sino reflejo de lo avanzado de una enfermedad como lo es la retinopatía diabética. Lo que pasa es que se coloca demasiado tarde. El laser necesita al menos 4 a 6 semanas para lograr un efecto en la retinopatía diabética. Durante este tiempo, los vasos nuevos anormales pueden traccionarse y sangrar. No es un efecto adverso del láser, sino parte de la evolución natural de la enfermedad. Si esto ocurre, es importante que se realice una ecografía ocular para constatar el estado de la retina y de no aclararse el sangrado se puede llegar a necesitar cirugía.

Mitos y creencias sobre el tratamiento Láser

Existen muchas creencias o supersticiones sobre el tratamiento de fotocoagulación (láser). Alguna de ellas es que el láser hacer que se pierda la visión. Como lo comentamos en el párrafo anterior, el tratamiento es agresivo y tiene efectos adversos. Sin embargo, en muy raras ocasiones la pérdida visual que experimentan los pacientes es atribuibles al láser. Lo que normalmente sucede es que se aplica cuando la enfermedad está muy avanzada. Imagínate que la retinopatía diabética es como un tren que se dirige hacia un barranco a muy alta velocidad. Los trenes no se pueden detener “en seco” como un coche. Estos deben de irse frenando poco a poco para evitar descarrilamientos. El láser sirve como el freno que aplicamos el tren de la retinopatía diabética. Si el tratamiento se aplica a tiempo (y se tiene suerte a veces), el tren se detendrá antes de que se nos acaba la vía y el tren se caiga al barranco. Cuando esto no sucede, la retinopatía diabética avanza a estados más peligrosos y lo único que queda es la cirugía.

Otro mito es que el láser “cura” la retinopatía diabética. Si bien puede existir un retroceso de la severidad. Esta por lo general es debido a que el paciente se disciplina y mejora el control del azúcar. El láser puede “detener” el daño, pero no “cura”. Por lo que las revisiones de la retina deberán persistir aún después de que se coloque el tratamiento.